martes, 2 de marzo de 2010

Terremoto en Chile

Solo algunos días atrás envié un correo a algunos de mis amigos, comentándoles acerca de una idea que tengo. En ese correo les decía que tenía la confianza de que Dios haría algo para remecer nuestras conciencias. Dios lo hizo.
El Sábado recién pasado, 27 de Febrero, Chile se estremeció. Desde las 3:34 a las 3:36 aproximadamente, la tierra tembló tan fuerte en mi ciudad, que era necesario un gran esfuerzo para mantenerse en pie. Junto a mi familia, salimos de nuestra casa pensando lo peor, pero confiando en Dios. Durante toda esa madrugada, recorrí las casas de los hermanos de mi iglesia, junto a un gran amigo. Todos estaban bien.
Las horas han pasado y con ellas se ha ido conociendo la real magnitud de este terremoto. Balnearios que conocí, fueron el centro de la catástrofe. Talca, Curicó, Parral, Cauquenes, Pelluhue, Constitución, Concepción. Para muchas familias estos nombres no se olvidarán con facilidad.
Mucho se ha hablado del terremoto y de sus consecuencias, pero en esta hora no quiero hablar de ello, sino que quiero recordar a Nehemías.
En un momento sumamente complicado para Israel, cuando Jerusalén estaba en ruinas, Nehemías se levantó y animó al pueblo a reconstruir Jerusalén, especialmente sus muros. ¡Levantemonos y edifiquemos! fue la consigna de Nehemías.
El Sábado nuestras conciencias fueron remecidas. ¿Donde está la sal? ¿Donde está la luz? Gracias a Dios la sal y la luz están poco a poco cumpliendo su misión.
Chile necesita de la iglesia. Solo nosotros podemos llevar consolación al triste en el nombre de Cristo. Solo nosotros podemos decirle al que lo ha perdido todo, que Dios tiene poder para levantar al hombre de la nada. Solo nosotros podemos dar una palabra de aliento al que ha perdido un familiar, pues Jesús se levantó de los muertos para dar vida.
Amados hermanos y amigos que leen este breve artículo, les llamo a levantarnos y reedificar nuestro país, nuestra región y nuestra ciudad. No podemos ser indiferentes al dolor, argumentando que a nosotros no nos ha pasado nada. En la calle hay gente que sufre y necesita respuestas, que solo la iglesia de Cristo puede dar.
Yo me levantaré con la Biblia en una mano y una pala en la otra si es necesario. Muchos de ustedes pueden llevar una guitarra, una canción, una palabra, un poco de esperanza. Hay cientos de chilenos que esperan nuestra voz. ¿Callaremos o daremos una respuesta?
Dios es nuestro amparo y fotaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones dice el Salmo 46. Dios ha sido mi ampara y mi fortaleza, sé que también el tuyo, pero ¿qué de ellos, los que no conocen a Dios? Levántante y edifica un mejor país, una mejor sociedad, una mejor ciudad. Levántate y lleva la palabra al que la necesita. Levántante y abraza al que sufre y llora.
Con la ayuda del Señor me levantaré también y cumpliré el propósito que El tiene para mí.
Espero sinceramente que nuestras conciencias hayan despertado y no sea necesario un nuevo terremoto para dar gracias por lo que tenemos y para llevar ayuda al que sufre.
Jesús fue predicando y haciendo el bien cuando estuvo en la tierra ¿qué harás tú?